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1 CORINTOS 1:13-17 CRISTO JESUS EL SEÑOR DE LA IGLESIA



La solución de los problemas de la vida se halla en la supremacía del Señor Jesucristo. Cuando nosotros nos acercamos a Él, para que él se convierta verdaderamente en nuestro Amo y Señor, entonces, Las circunstancias de nuestra vida ocupan su lugar propio, el lugar que le corresponden en Sus planes. Cristo es la solución a los problemas que tiene la iglesia el día de hoy y los que tienen todas las personas en particular. La iglesia, en esta ciudad de Corinto, se hallaba viviendo momentos de una gran confusión.Ellos eran creyentes que, por encontrarse en una primera fase de su crecimiento espiritual no habían alcanzado aún la madurez y podrían haberse comparado con niños, que son los que más lloran, se quejan y protestan.


Las divisiones en aquella iglesia estaban causadas por las diversas preferencias de los creyentes por los diferentes líderes de la congregación, con el resultado de que se formaban grupos alrededor de cada uno de ellos. En un grupo estaban los alumnos de Pablo. En otro, los admiradores de Apolo. También había otros que eran partidarios de Simón Pedro, o sea de Cefas. Recordemos por un momento a todos estos aquí mencionados. Pablo era un intelectual. Era brillante, valiente, pero quizás no era físicamente atractivo. Pero aquellos que amaban la Palabra de Dios, amaban a Pablo. Simón Pedro, por su parte, era fogoso, vehemente. Al principio había sido un poco débil pero luego se convirtió en un vigoroso predicador del evangelio. Tenían un gran corazón, era sentimental. Luego tenemos a Apolo que era uno de los grandes predicadores de la iglesia apostólica. El no era un apóstol y nunca recibió mucho reconocimiento. Pero era un predicador elocuente. Todos estos hombres tenían personalidades fuertes.


Pero nunca provocaron divisiones. Luchaban juntos por la fe, procuraron guardar la unidad del Espíritu y exaltaron la persona de Jesucristo. Eran los miembros de la iglesia de Corinto los que estaban causando las divisiones. Y así, aquellos pequeños grupos discutían entre sí. Algunos elogiaban la profundidad espiritual de Pablo, otros, la expresividad y tono evangelístico de los sermones de Pedro, y otros pensaban que la elocuencia de Apolo hacía vibrar a las multitudes. Pero aquellos creyentes inmaduros estaban pasando por alto el hecho de que aquellos tres hombres eran siervos de Dios. De modo que el apóstol Pablo les iba a hablar claro sobre este asunto, enseñándoles que la centralidad de Jesucristo era la solución para resolver las facciones y fracturas que existían en la iglesia.


13"¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?"


La respuesta era obvia,Cristo no estaba dividido. Y cualquier cosa que rompiera la unidad de Cristo, no importa lo que fuera, tenía de por sí algo malo. Luego sigue preguntando: “¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?”Es interesante notar que el bautismo fue hecho motivo de división entre ellos. No creemos que Pablo se estuviera refiriendo en este caso al bautismo de agua; éste siempre se realizó en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Se refería más bien al bautismo del Espíritu Santo. Su pregunta era: “¿Fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?”“¡Por supuesto que no!”, dirían ellos, “No fuimos bautizados en su nombre. El bautismo por el cual fuimos colocados en el cuerpo de Cristo, en la iglesia, fue el bautismo del Espíritu Santo. Ningún hombre podría haber hecho eso por nosotros.” Y así, ellos necesitaban volver a ocuparse de la persona de Jesucristo. Sinceramente hablando, yo puedo tener comunión y compañerismo con cualquier persona, sin importar qué clase de nombre o etiqueta lleve, si esa persona se puede encontrar conmigo alrededor de la persona de Cristo.


17"No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para no quitar valor a la muerte de Cristo en la cruz."


Es importante destacar el hecho de que en nuestros días estamos viendo a muchas personas que se están dividiendo y separándose por cuestiones secundarias. Y estas son las cosas que causan divisiones y disputas dentro de la Iglesia. La Iglesia en Corinto estaba fraccionada por ese espíritu partidista. Y el mensaje que llevaron a Corinto los tres que se han mencionado antes, es decir: Pablo, Cefas, y Apolos, transmitía una cualidad y un poder unificador. El evangelio que ellos presentaban enfatizada la fusión y no el fraccionamiento en facciones. Pero las personas en ese lugar, debido a que eran creyentes inmaduros en la fe cristiana, comenzaron a poner el énfasis en los individuos que habían traído el mensaje. Vemos entonces que el apóstol Pablo desvió su atención de sus grupos partidistas, para concentrarla en el Señor Jesucristo.


Sin duda Cristo es el Señor de la iglesia dueño de toda nuestra fe, debe ocupar un lugar central en nuestra vida y nuestros corazones.


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